Hace 59 años tuvo lugar la fundación del Club de París. El 16 de mayo de 1956 se conformaba dicho organismo, erigiéndose como acreedor de países periféricos, siendo su primer deudor el Estado argentino.
El grupo se constituyó como un foro informal de acreedores y deudores tras una reunión entre gobiernos con los que nuestro país había contraído deuda. En conjunto, acordaron renegociar un monto que por entonces era de aproximadamente unos U$S 700 millones.
El organismo está integrado actualmente por 20 países de 4 continentes: Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Irlanda, Francia, Alemania, Austria, Dinamarca, Finlandia, Italia, Bélgica, los Países Bajos, Rusia, España, Suiza, Suecia, Noruega, Israel, Japón y Australia; a excepción de Australia, Noruega y Bélgica, Argentina es deudora de todos los integrantes. El foro se reúne en París aproximadamente 10 veces por año siendo coordinado por representantes de Francia. Desde su fundación, hubo más de 400 acuerdos con 86 países deudores, entre los que se encuentran Brasil, Perú, México y la Argentina.
Gran parte de los compromisos financieros se tomaron durante gobiernos de facto, principalmente la última dictadura cívico-militar (1976-1983), si bien el déficit se multiplicó durante la transición democrática iniciada en diciembre de 1983, en especial durante los últimos años de la Convertibilidad.
El Estado nacional logró avances en renegociaciones realizadas en 1962, 1965, 1985, 1987, 1989, 1991 y 1992, pero cayó nuevamente en incumplimiento como consecuencia de la crisis de insolvencia del año 2001 cuando, bajo la presidencia de transición de Adolfo Rodríguez Saá, el país declaró la cesación de pagos de la deuda externa. Esa decisión implicó que se dejara de pagarle, entre otros acreedores, al Club de París. Para esa fecha, Argentina le debía a ese organismo internacional unos U$S 1.879 millones que se multiplicaron rápidamente por los intereses y la revaluación de las monedas internacionales. En pocos años, el pasivo llegó a U$S 6.450 millones.