Marzo acumula numerosos eventos que marcaron el devenir de la historia Argentina. Dos presidentes radicales fallecieron durante dicho mes y en el Museo de la Deuda Externa repasamos sus administraciones. Además, recordamos un nuevo aniversario del último golpe cívico-militar. Y finalmente, rememoramos el comienzo del segundo gran ciclo de endeudamiento con la ley de convertibilidad.
Un 23 de marzo de 1945 falleció a los 73 años Marcelo Torcuato de Alvear. Alvear fue el segundo presidente bajo la ley Sáenz Peña, la cual había consagrado el voto secreto y obligatorio en 1912. Bajo su administración se incrementó el endeudamiento externo después de la reducción que produjo su predecesor, Hipólito Yrigoyen. Al finalizar su mandato comprendido entre 1922 y 1928, la deuda se había incrementado en aproximadamente 42 millones de libras esterlinas, ascendiendo así de £101 millones a £143 millones.
Otro momento histórico corresponde al iniciado el 24 de marzo de 1976. La última dictadura cívico-militar, autodenominada “Proceso de Reorganización Nacional” inauguró el primero de los dos grandes ciclos de endeudamiento del último medio siglo. Las políticas económicas de la misma, aplicadas en primer término por José Alfredo Martínez de Hoz y posteriormente por Lorenzo Sigaut, se basaron en un modelo de valorización financiera.
A comienzos de 1976 se congelaron los salarios, se eliminaron los sistemas de control de precios y se incrementó el tipo de cambio. Esto produjo un rápido deterioro del 30% del salario real de las clases trabajadoras. A su vez, se sancionó una nueva ley de entidades financiera que permitía la libre movilidad de los capitales; se abrió la economía y se bajaron aranceles, con el pretexto de controlar la inflación. Por su parte, los sectores dominantes de la sociedad que disponían del acceso al crédito internacional se volcaron por la “bicicleta financiera” en detrimento de la inversión productiva.
La “bicicleta financiera” consistía en obtener dólares a una baja tasa de interés en el mercado internacional, colocarlos en el mercado interno con un diferencial de tasas de interés – en relación a la tasa internacional -, reconvertir dichos créditos nuevamente a dólares y retirarlos del país.
Hacia fines de la dictadura, el 17 de noviembre de 1982, se llevó a cabo la estatización de la deuda de los grandes grupos empresarios privados. La deuda estatizada ascendía a USD 14.5 mil millones. La mayoría de los préstamos contraídos por las empresas privadas que generaron dicho monto, se trataban de meras registraciones contables entre las casas matrices y las sucursales radicadas en Argentina, es decir, auto-préstamos y maniobras fraudulentas.
Al finalizar la dictadura, la deuda había aumentado un 449%. La misma había ascendido de 8,2 mil millones en 1976, a 45 mil millones en 1982, constituyendo parte de la pesada herencia que recibiría la administración de Raúl Alfonsín.
Además, un 27 de marzo de 1991, el congreso de la Nación sancionaba la ley 23.928 que establecía la convertibilidad entre el Austral y el Dólar Estadounidense. El primer artículo de la ley establecía la relación de 10.000 australes por cada dólar. Un año después, el ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo anunciaría una nueva moneda: el peso. La nueva moneda reemplazaría al austral quitándole cuatro 0 y tendría una paridad de un peso por cada unidad de dólar americano.
A partir de 1995, la Convertibilidad comenzó a producir sus efectos más negativos: achicamiento del mercado interno, fuerte crecimiento del desempleo y una fuerte redistribución de la riqueza que disminuyó la participación del trabajo al 20% del ingreso nacional.
La apertura económica irrestricta y el peso sobrevaluado generó saldos comerciales desfavorables. A ello se le adicionaban los giros de utilidades al exterior por parte de las empresas privadas y a los servicios de deuda, lo que hizo que el modelo solo pudiese funcionar a través del constante endeudamiento.
Así, hacia fines de 1999 la deuda externa del Estado Nacional había alcanzado la exorbitante cifra de USD 121.877 millones.
Finalmente, un 31 de marzo de 2009, el Dr. Raúl Alfonsín falleció a los 82 años afectado por un cáncer de pulmón. El mandatario radical había llegado a la presidencia un 10 de diciembre de 1983, luego de siete años de dictadura militar. Sin dudas, su gobierno ha quedado en los anales de la historia argentina por el enjuiciamiento a las juntas militares. No obstante, no fue menor la postura que adoptó su administración respecto a la situación económica heredada, particularmente la deuda externa.
La última dictadura había quintuplicado la deuda externa, entre otras cosas, por la estatización de la deuda de las grandes empresas. Bajo la gestión del ministro de Economía Bernardo Grinspun, se buscó aplicar la doctrina de la “deuda odiosa” a la herencia recibida.