El 2018 comenzó con una colocación de deuda por USD 9.000 millones a través de tres títulos: bonos a 5 años con una tasa de 4,625% por u$s 1.750 millones; a 10 años con un rendimiento de 6% por u$s 4.250 millones; y el último a 30 años al 6,95% por u$s 3.000 millones. Dichas tasas fueron las más bajas en la historia del país.

El ministro de finanzas, Luis Caputo, había estimado que la deuda que se contraería en este año ascendería a USD 30.000 millones. De esta forma, ya se cubrió una tercera parte de las necesidades de financiamiento del 2018.

Además, el gobierno licitó Letras del Tesoro (LETES) por u$s 2.000 millones, dentro de los cuales la mitad fueron suscriptos por el Fondo Fiduciario del Sistema de Infraestructura de Transporte (FFSIT), ya que serían destinados a infraestructura.

Asimismo, a mediados de mes un conjunto de bonistas se presentó ante la corte del Distrito Sur de Nueva York para reclamar u$s 650 millones por intereses no cobrados entre 2014 y 2016.  Dicha corte estaba a cargo del fallecido Juez Thomas Griesa, responsable de llevar adelante el litigio con los “fondos buitres” que concluyó en un revés para la Argentina. Los bonistas encabezados por el fondo Draw Capital Partners exigen que Argentina pague «intereses de los intereses” al no haber podido cobrar durante dos años por una medida dispuesta por dicho juez.

Para concluir el mes, el Ministerio de Finanzas dispuso la emisión de deuda por $ 16.000 millones, a ser suscripta de manera directa por ANSES.