El mes de julio engloba episodios antagónicos de la historia de la Deuda Externa Argentina, refleja de algún modo los vaivenes en materia de endeudamiento que marcaron el desempeño económico argentino a lo largo de los años. Por un lado, el inicio de la fase creciente de endeudamiento, y por el otro, un episodio que tiene como protagonista al presidente argentino responsable de una de las más importantes fases decrecientes de endeudamiento.
Allá por 1824 comenzaba la historia del endeudamiento público argentino, Martin Rodríguez, por entonces Gobernador de la Provincia de Buenos Aires (perteneciente a las Provincias Unidas del Rio de la Plata), gestionaba en conjunto con Bernardino Rivadavia (Ministro de Gobierno) un empréstito, que sería utilizado para realizar mejoras portuarias y de urbanización. Contactaron a la Casa BaringBrothers de Londres, donde negociaron la firma de un empréstito por un millón de libras esterlinas el primero de julio de ese año. La colocación de los títulos en el mercado londinense cotizó a un 70% de su valor (700 mil libras esterlinas), a lo que se le restó un 12% por intereses adelantados, 1% por amortización adelantada, y comisiones de gestores y gastos por 17 mil libras esterlinas, quedando un saldo de 552 mil libras del millón inicial que no fue utilizado para las obras propuestas inicialmente. El empréstito Baring es el primer eslabón de la cadena de endeudamiento externo argentino.
Nuevamente un primero de julio, esta vez de 1974, nos encontramos con un episodio que tiene como protagonista a otro actor de los más relevantes en la historia del endeudamiento argentino. En la Quinta de Olivos fallecía el General Juan Domingo Perón. Presidente por aquel entonces, no lograba completar su mandato por afecciones de salud, dejando el cargo a la vice presidenta, su esposa María Estela Martínez de Perón. Perón fue impulsor de uno de los ciclos de desendeudamiento más importantes de nuestro país, repatriando la totalidad de la deuda externa argentina en su primer mandato.